Se ha demostrado que el masaje genera cambios instantáneos tanto a nivel fisiológico, como a nivel visceral y cardiovascular. Además, se trata de una técnica que puede adaptarse con otras mucho más específicas.

Gracias a la terapia manual se mejora la circulación sanguínea, favoreciendo la llegada de oxígeno y de nutrientes a los tejidos musculares y eliminando las toxinas del cuerpo. Otros beneficios del masaje son la secreción de endorfinas y de otras substancias químicas neuronales.

El masaje también se manifiesta en el paciente mediante sensaciones, sentimientos, emociones y percepciones. En resumen, se produce una sensación de bienestar general en el paciente.